lunes, 23 de febrero de 2015

11 meses

Y hoy hace 11 meses que nació la cosa más bonita del mundo, para mi claro, que para algo soy su madre. Han sido 11 meses no tan malos como la gente te lo pinta, quizá porque des de la primera noche Pol ha sido un dormilón como sus padres y no ha sido hasta hace cosa de un par de meses, que se despierta por la noche.
Las primeras semanas, como ya os dije, Pol no se cojía bien al pecho y tiraba de sacaleches y, asesorada por una experta en lactancia (Gemma), no le dábamos biberón si no que con una jeringilla y la punta del dedo meñique a modo de pezón, cada tres horas comía nuestro pequeño. Si vaya tostón, pero gracias a esos días duros, consegimos la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, y el niño ¡sobrado de peso!
Si, si, seis meses con lactancia materna exclusiva, gracias a que no empecé a trabajar hasta que Pol tuvo siete meses. Y todavía seguimos, pero sólo en las tomas nocturnas. La lactancia es una experiencia inexplicable, no se qué pensaréis el resto, pero es una experiencia única, donde la unión entre el bebé y la madre se hace más fuerte.
La verdad es que Pol ha sido un bebé super bueno, des de el primer día ha estado en la calle dando paseos y no hemos tenido reparo en salir a cenar a cualquier sitio con él, tanto que con cinco meses nos fuimos diez días a Menorca en barco. El viaje de ida fue de noche y antes de llegar a mahón, se nos acercó un señor y nos felicitó porque no se había oído al niño en toda la noche, y claro, salió el orgullo de padres, ya estábamos contentos para días.
Lo más difícil, o duro, está siendo el aprendizaje a caminar. Ya no juega en el suelo tranquilo, si no que tiene que cojer su juguete, o cojer lo que encuentre, y ponerse de pie cojido a la mesita, al mueble, al sofá o donde pille. Y claro, se pega cada coscorrón...que no lo puedes dejar sólo, así que se acumula la plancha, los platos por lavar, la limpieza de la casa,... pero no importa, todo sea por verlo crecer y cómo cada día aprende cosas nuevas.
Otro tema delicado empieza a ser los purés de verduras, cómo empieza a comer trocitos, cuando le das el puré dice que te lo comas tú que el quiere morder, pero ¡solo tiene cuatro dientes! Total que las comidas están siendo una pelea y sobretodo porque para las madres, nunca comen lo suficiente. Y a mí que me da miedo darle los trocitos, no vaya a ser que se atragante o pase cualquier cosa. Es darlo un trozo de algo y no quitarle la vista de encima,por dios, que sufrimiento hasta que se lo acaba... ¿Cómo lleváis vosotras el tema de las comidas? Yo lo llevo fatal, eso que sólo hago las comidas porque, por trabajo, merienda y cena en casa de los abuelos.
La dentición en estos meses también está siendo durita, hasta los nueve meses a Pol no le salió el primero, bueno de hecho los dos primeros, pero meses antes el pediatra ya nos avisó que empezaba y que era normal que se quejara. El pobre lo está pasando mal, hasta le salió un eczema en la barbilla de la saliva que llegaba a tener, y todavía tiene, porque claro, para que va a salir diente a diente, el va de machote y le salen de dos en dos. Pues eso, que seguimos con los dientes, y lo que queda, porque solo le han salido cinco.
Esto es un resumen muy resumido de estos primeros 11 meses de vida de Pol, han sido once meses de cambios y nuevas experiencias, unas buenas y otras no tan buenas, pero once meses con la cosa más bonita del mundo entre nosotros.

sábado, 21 de febrero de 2015

En el hospital

Hola de nuevo, poco a poco el blog va tomando forma. Intentaré ir añadiendo cosas y que os sea más divertido y práctico de leer. Ahora os sigo contando como fueron los primeros días después del nacimiento de Pol.

Como ya os conté, el día del parto fue largo pero al final todo fue bien. Una vez Pol nació, en ningún momento lo separaron de nuestro lado, cosa que valoro muy positivo pues mi miedo era que en sus primeros minutos (ya no digo horas), no pudiera estar con él, ni él con nosotros, así que el hecho de poder estar los tres juntos, en el paritorio y que pudiera hacer la primera toma con calma fue
espectacular.
A la hora y media más o menos, nos subieron a la habitación. Eran las 22:00h, y cuál fue mi sorpresa al salir al pasillo y encontrarme a toda la familia fuera, esperando a ver al nuevo miembro de la familia y felicitar a los papis, claro. Subimos a la habitación y, por suerte, como era tarde, los familiares se fueron pronto para casa.
La primera noche no fue tan dura como la pintan, eso que no dormí en casi toda la noche, Pol no acababa de cogerse bien al pecho, yo estaba hecha polvo, pues tenía un dolor de espalda insoportable de tantas horas sin moverme y tenia una sed... que no pude resistir más y llamé a las enfermeras para que me dejarán tomar ni que fuera un vaso de agua, pero tuvieron compasión y me trajeron un vaso de zumo, ¡que ricooo!
Se hizo de día y, al ser lunes laboral, por la mañana no tuvimos visitas más que mi madre, que nos trajo un cargamento de pañales y toallitas y mi hermano, y padrino de Pol, que todavía no lo conocía pues la noche anterior estaba trabajando. Por la tarde ya hubo más movimiento, por suerte nos habían cambiado a una habitación individual y estábamos más tranquilos, nos visitaron los abuelos, la tía y madrina, la bisabuela, mis tías y mis primos. Todos con sus consejos, que en lugar de ayudar, te hacían dudar más.
La segunda noche fue también muy tranquila, Pol seguía con dificultades para cogerse del pecho y cada enfermera que venía me decía una cosa diferente, yo todo el día intentando por lo que algo iba comiendo y como no perdía peso, no le daban más importancia que la necesaria.
El segundo día, al pasar la pediatra por la mañana no dijo que todo estaba perfecto y que por la tarde, después de la prueba del talón nos podíamos ir para casa. Lo que se le olvidó decir fue que habían de pasar 48h del nacimiento por lo que no se la podían hacer hasta las 8 de la tarde-noche. Nosotros con ganas de marchar se nos hizo una  tarde interminable y para colmo, a las 8:30 todavía no habían venido a por Pol, Albert se acercó a una de las enfermeras y ¡¡¡¡¡se habían olvidado!!!! en menos de 5 minutos se habían llevado a Pol y había vuelto y por fin para casa.
Aquella noche hacía frío y un aire... por lo que envolví a Pol en un arrullo gordito y a mi ritmo fuimos caminando hasta el coche, con Albert pendiente de nosotros en todo momento. Pusimos a Pol en el grupo 0 y fue todo el camino calmado y super tranquilo. A eso de las 23 de la noche, por in, ya eramos 3 en casa. Primera noche los 3 solos, ahora sí, por fin, ¡solos!

Como veis mi parto y post parto no fue tan duro como lo cuentan, quizá tuve suerte pero mi experiencia no fue mala, al contrario.

Espero que os sea interesante, para el próximo post os preparo los primeros dias en casa, consejos y experiencias, y sobretodo, la "subida de la leche" y la lactancia de las primeras semanas, para mi, lo más duro.

lunes, 16 de febrero de 2015

Y llegó el momento de ser tres

Hola, me llamo Noèlia, soy madre de Pol des de hace casi 11 meses y des de aquel 23 de Marzo, nada ha vuelto a ser igual. Cuando dices, estoy embarazada, todos te aconsejan, explican experiencias, dan su opinión,... pero hasta que no tienes a tu pequeñín en los brazos no te das cuenta que ahora si tienes algo tuyo, algo que te ha hecho cambiar, algo que te va a cambiar la vida y hacer ver las cosas de otro color.
Empecemos des de el principio...
El embarazado fue genial, las típicas nauseas por la mañana pero llevaderas y de poca duración, trabajé hasta los 6 meses y medio (dejé de trabajar por obligación), y aún a partir de entonces hacia algún que otro tratamiento en casa (por cierto, no lo he dicho, soy fisioterapeuta).
Una noche de madrugada me levanté para ir al baño y....sorpresa!!!! Cariño tenemos que ir al hospital!!! Entraba en la semana 38, eran las 5:30 de la madrugada, se había roto la bolsa y no tenía la canastilla preparada! Con calma me dí una ducha y acabé de preparar las cosas, mi pareja, que estaba más nervioso que yo, poniendo las cosas en las maletas, parecía que nos íbamos de fin de semana, y yo pensando: nos dejamos cosas seguro.
A las 7 salíamos de casa dirección Manresa, llegamos al hospital y tranquila va para largo te falta dilatar un poco y no tienes contracciones. Me dieron un balón para que hiciera ejercicios para facilitar la dilatación y las contracciones, pero nada, Pol no se atrevía a salir. A las 10 y pico llega la anestesista, seguro que quieres epidural? Segurísima, no quiero nada de dolor! Y allí estábamos, en el paritorio, con la epi puesta pero nada de contracciones, y con un hambre y sed que me moría.
Albert, mi pareja, hecho polvo, pues hacia dos horas que había llegado del trabajo cuando lo desperté, y yo en aquellas camas tan cómodas sin poderme mover. Y las horas pasaban, y oíamos llegar a mujeres y en dos empujones bebé nacido y yo allí esperando, Pol seguía sin querer salir.
A eso de las cinco de la tarde, vienen comadrona y gine y vamos a probar a ver que, empujones y nada. Ah, ya me habían puesto recordatorio de epi porque las contracciones habían empezado! Pero Pol estaba bien agustito y no quería salir. A eso de las siete, nuevo intento y nada.
Llegan las ocho de la tarde, a todo esto, toda la familia fuera esperando des de la una del mediodía. Hay cambio de turno pero no quieren irse sin ver la carita a Pol y ahora si que si, tiene que nacer pero tiene un pie enganchado en algún sitio y en cada puje me destrozo las costillas de dolor, al final veo mucho movimiento, la ginecóloga dice: hace la tortuga, te vamos a ayudar con ventosa, Albert pide permiso para salir y con su ayuda nace Pol.
Esas sensaciones, sentimientos, recuerdos... hasta que oigo su llanto y todo se vuelve paz, me lo ponen encima, piel con piel y es lo más maravilloso del mundo. Albert entra, nos abraza y ya somos tres!

Y hasta aquí, el día que nació la cosa más bonita del mundo, mi bebé Pol!
Espero que os guste y sobretodo que me sigáis!